domingo, 18 de abril de 2021

Nacimiento de mi primera hija

     NACIMIENTO DE RUTH NELIBET 

      Era 1981 segundo año de la década de los ’80, una década marcada por el aumento de las tensiones de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la amenaza nuclear se hace más patente que nunca, este año se hace público la existencia de una nueva y terrible enfermedad el SIDA, el Papa Juan Pablo II sufre un intento de asesinato, ese año también fue lanzado el transbordador espacial Columbia el primero de los transbordadores espaciales de la NASA en cumplir misiones fuera de la Tierra, se estrenan las películas En Busca del Arca Perdida de George Lucas y Steven Spielberg, y Un hombre Lobo Americano en Londres entre otras, el presidente de Estados Unidos es el Actor Ronald Reagan, en Venezuela gobierna Luis Herrera Campings del partido COPEY, en la radio se escucha sin parar MENUDO con "Quiero Ser", José Luis Rodríguez “El Puma” con Dueño De Nada, este año se lleva a cabo el XI Censo General de Población y Vivienda en todo el país, se prohíbe la transmisión por televisión de toda publicidad comercial que induzca directa o indirectamente al consumo de cigarrillos, Irene Sáez gana el certamen del Miss Universo, realizado en Nueva York. Segundo título para el país y “Pilín” León gana el concurso de Miss Mundo, segunda oportunidad para el país. 

      En la Televisión Nacional, vemos la novela Ligia Helena de Delia Fiallo protagonizada por Lupita Ferrer y José Bardina, el Show de Josélo, Radio Rochela, el Zorro, el Chavo del 8, Los Picapiedras, Heidi, Ultraman y Sábado Sensacional. 

     Mi esposa Esther de solo 20 años con embarazo sobre las 40 semanas y yo de 23 años, es nuestro primer bebé en casi dos años y medio de matrimonio. Ya, se acercaba la fecha del parto, los nervios recorrían mi cuerpo, pensamientos iban y venían, yo estaba algo delgado, trabajaba como Chófer repartidor de mercancía en una conocida tienda de la Avenida 20 de Barquisimeto, está tienda luego se mudo a sus nuevas instalaciones y su nuevo nombre es “Centro Industrial Chaliki C.A, también estudiaba en las noches en la Escuela de Admintrcion de la UCLA, poco a poco habíamos logrado comprar las cosas necesarias, ya teníamos dos docenas los famosos pañales de tela marca “Quiuriti” americanos traídos desde Cúcuta, también algunas cajitas de los nuevos pero costosos pañales desechables “Pampers” solo para cuando fuéramos a la iglesia, los ganchos para los pañales con su afilada aguja, camisitas, cobijitas, mediecitas teteros de vidrio con su tapa de rosca negra etc. Eso sí todo de amarillo ya que no sabíamos el sexo del bebé. Gracias a unas hermanas de la iglesia dónde éramos miembros de nombre: Rufina y Ruth nos pusieron en contacto con una enfermera que nos iba a ayudar con el cupo en la maternidad del primer Centro Asistencial de la Región Centro Occidental del país, el Hospital Central Universitario Dr. Antonio María Pineda, que bueno. También para esos días se estaba por inaugurar el nuevo y moderno hospital del Seguro Social Dr. Pastor Oropesa en la Avenida La Salle, ya estaba terminado y dotado con lo último en tecnología y mobiliario y gracias a un amigo que trabajaba en ese lugar una noche nos dio a Esther y a mi un recorrido por aquella impresionante instalaciones quizá tuviéramos nosotros la oportunidad de estrenar ese hospital. 

      Entramos a la segunda mitad del mes de Abril, el embarazo habías transcurrido normalmente pero ya en esos días la gran barriga no le daba a Esther reposo, estábamos en Semana Santa, amanecía el Sábado Santo día 18, Esther había pasado la noche casi en vela ya que no conseguía posición cómoda para conciliar el sueño, ya había amanecido cuando llegaron las primeras contracciones yo sentí desfallecer por lo general actuó tranquilo ante situaciones complicadas pero solo es pura fachada por dentro el corazón lo tenia acelerado, muchos pensamientos invaden la mente lamentablemente muchos son negativos. Ya teníamos preparado la pañalera y un pequeño bolso con algo de ropa, las contracciones eran distanciadas y aumentaban lentamente, ya luego de la primera conmoción llamamos a nuestra amiga la enfermera recuerdo que al tratar de marcar los números en de nuestro teléfono fijo gris de disco giratorio, mis dedos temblaban. 

      El día había amanecido algo frío y muy nublado, parecía que se aproximaba una lluvia, subimos todo a nuestro auto un Dodge Dart año 73 blanco con unas muy llamativas franjas azules laterales. Pasamos a recoger a la enfermera en el barrio La Feria al sureste de la ciudad ya había recogido a mi hermana Nancy que en realidad no se llama Nancy sino Mireya pero todos le decimos Nancy y de verdad no sé porque todo este enredo de Nancy y no Mireya, y emprendimos rumbo al gran Hospital Central, me imaginé que me estacionaria al frente de la puerta y un equipo de enfermeros y camilleros nos recibirían y nos darían la atención que este gran momento para mi y mi esposa requeriría ya que estaba por nacer mi primer bebé y todos debían estar muy atento a este gran acontecimiento, cuando llegamos al gran hospital parecía más a un gran mercado que a un centro de salud, tuve que estacionar lejos de la puerta y caminar con Esther y sus agudas contracciones, al llegar a la puerta me sorprendo al ver la cantidad de grandes momentos de muchas mujeres, la maternidad se encontraba colapsada ya no había posibilidad de recibir más parturientas, las camas eran ocupadas por dos mujeres, pensé que pasó en las vacaciones de agosto pasados? 
      Todo lo que me había imaginado se vino abajo comenzamos la búsqueda de un nuevo centro de salud que nos pudiera atender fue un momento de mucho miedo que nos hacía solo confiar que Dios tenía el control, solo éramos dos jovencitos recién salidos de su adolescencia y ahora seríamos padre y no teníamos dónde acudir. Nuestra novel amiga la señora enfermera nos daba consuelo y de una u otra forma hacía el papel de mamá, ella nos dijo vamos a Cabudare que para ese tiempo era una pequeña población cercana a Barquisimeto, en esos días era todo un viaje no existían las avenidas que hoy la hacen cercana. Llegamos al un centro asistencial, El Hospital de Cabudare dónde nos indican que no nos pueden atender por las mismas condiciones de hacinamiento pero ha la señora enfermera otra colega le da un dato hay un pequeño dispensario rural saliendo a norte frente de una plaza. Después de dar varías vueltas y preguntar un par de veces llegamos al pequeño dispensario rural, había poca gente pero también poco personal pero aleluya! si nos podían atender. 

      Esther entra con mi hermana Nancy la que enrealidad se llama Mireya ya que la enfermera se tuvo que ir, a Esther le hacen su respectivo tacto y los médicos determinan que todavía le falta dilatar más y la mandan a caminar a la pequeña plaza que efectivamente estaba al frente del pequeño dispensario. Ya eran más del medio día y las contracciones eran lentas y no avanzan definitivamente Esther estaba en proceso de parto pero toda era muy lento y a todo eso el cansancio va haciendo mella, Esther fue revisada un par de veces más con el mismo resultado y así entramos en la tarde de ese sábado santo. Los médicos por fin deciden aplicar Oxitocina (Pitocin) para intensificar las contracciones, recuerdo que después de la aplicación de esta hormona nuevamente seguíamos caminando en círculo en esta pequeña plaza Bolívar, efectivamente las contracciones se empezaron hacer más fuerte y Esther cada vez que le venían me mordía el hombro yo no sé si lo hacía para aguantar el dolor o para que yo también sintiera aunque sea en una parte lo que ella estaba sintiendo. Ya entraba la noche y hubo cambio de guardia quedó a cargo una joven doctora y una enfermera, ya a esta hora el cansancio y la debilidad se hacían, presente, cuando está Doctora la examinó dijo que el bebé “corono” y no avanzó más. Creo que dijo aquí estoy hagan ustedes lo demás. Ya pasaban las diez de la noche y comenzó el parto, no me dejaron entrar, mi hermana Nancy y yo solo escuchábamos pegados a la puerta del consultorio. Puja, puja, puja le repetía la doctora hay viene puja, y así paso un largo tiempo ya eran las 11:45 del santo sábado cuando un fuerte llanto se escuchó en el consultorio es una niña escuché y viendo por la rendija de las puertas ví que la enfermera con la niña en brazos cruzaba hacía un baño que tenía una ventana en lo alto, corrí hacia un costado del dispensario y de un salto logré tomarme del protector de la ventana y con un impulso logré ver a Ruth Nelibet por primera vez, la enfermera le estaba lavando su cabecita en el lavamanos. Después de una espera nos dejaron entrar y ya había vestido a la pequeña Ruth, recuerdo que le quite el escarpín y sus guantes y conté sus deditos, uno, dos, tres, cuatro y cinco si están completos, tenía sus orejitas y completa su carita, era increíble era como un milagro, recuerdan que les dijes que mucho pensamientos llegan a la mente algunas veces pensaba que la bebé venía con algunos defectos físicos, después me entero que muchos pasan por eso. Esther estaba muy agotada, todo un día en proceso de parto se quedó dormida yo emprendí el viaje a Barquisimeto para regresar en la mañana. Efectivamente temprano en la mañana de ese domingo de resurrección estaba de regreso con algo de comida, pude hablar con la doctora recuerdo que me dijo que se llamaba Ruth, ella me dijo -anoche no solo su esposa estaba pariendo, tuve que montarme en su barriga casi tuve que utilizar esto - y me muestras un instrumento como una gran tijera pero con dos soportes como paletas, luego supe que era un fórceps. Estuve casi hasta el medio día no la iban a dar de alta todavía, en esos tiempos las parturientas tenían que estar por tres días bajo observación, mi intención era regresar en la tarde pero por fin se desató una poderosa tormenta que desde el día anterior estaba amenazado, fue una lluvia copiosa con una gran tormenta eléctrica, los truenos de relámpagos hacían estremecer todo, las calles se inundaron y no fue posible que pudiera regresar esa tarde a ver a mis dos mujeres. Siempre he dicho por está tormenta que que Ruth Nelibet es la hija del trueno. Hoy Domingo 18 de Abril de este peculiar 2021 quiero dar gracias a Dios porque esa pequeña niña hoy arriba a sus 40 años y Esther y yo hemos podido ver cómo la mano de Dios la ha bendecido. Te amo mi primogénita. Luis Eduardo Alvarado G.

domingo, 15 de diciembre de 2019

sábado, 6 de septiembre de 2014

Hombre Araña

22 de octubre de 2012 a la(s) 22:54
Hombre Araña

De la Vida Real
Estaba en  mi trabajo cuando me informaron de una jornada especial para renovar  en forma rápida y si mucho inconveniente la licencia de conducir y además nos darían prioridad a todos los de mi oficina, así que permiso de por medio, me dirigí al sitio donde se realizaban el operativo, luego de hacer una corta fila (cola) y  llenar la planilla correspondiente, me percato que necesito una fotografía tipo carnet, el funcionario a cargo me dio 15 minutos para ir a sacarme la foto en cuestión.
Después de caminar varias cuadras por el centro de la ciudad bajo un sol candente y de entrar en varias tienda de fotografias con resultados negativo por fin di con una que podia satisfacer mi urgencia entre a la tienda de fotografía, donde el dependiente me indico que esperara mi turno para subir a la messanina donde esta el estudio, tiempo que aproveche para acicalarme un poco y secarme el sudor  y ponerme algo presentable para la toma. No paso mucho tiempo cuando vi bajar por la escalera a una señora de aspecto humilde  que traía tomado de la mano a un niño de unos ocho o nueve años, a este niño algo en mi le llamo la atención ya que me miraba  fijamente y tenia una carita de admiración o sorpresa, esto me incomodo un poco  me hiso revisarme rápidamente mi vestimenta a ver si todo estaba en orden, incluso cuando subía las escaleras mire atrás y aun el niño me miraba con su carita de asombro. Ya en el estudio puse “mi mejor cara”  enderecé mi camisa y listo, la foto ya era un hecho. Comencé a bajar las escaleras contento con el resultado de la toma, Salí bien dije para mis adentro, eres un galán, cuando quite la mirada de la fotografía me percate que en  la parte de abajo estaba el niño  y aun me miraba con cara de asombro, mire alrededor y no vi a su madre, el niño efectivamente me estaba  esperando, rápidamente se me acercó y me pregunto con voz algo emocionada, ¿señor es usted el que trabaja en la película del Hombre Araña?, De inmediato mi mente comenzó a divagar, vinieron algunas escenas de estas películas, trate en estos fragmentos de segundos de ubicar un personaje al que yo me pudiera parecer. Sin pensarlo mas le dije si, (no tube corazon para quitarle una ilucion) no había terminado de dar la repuesta cuando el niño emprende veloz  carrera hacia la puerta principal que conduce a la calle gritando “mama, mama te lo dije si es, si es te lo dije. Todos en la foto tienda se quedaron atónitos mirándome, yo solo logre esbozar una sonrisa y salí rápidamente. Ya de camino al “operativo”, no podía sacar de mi mente ese extraño episodio y la visión de la carita de ese niño, sentía varias sensaciones, mi autoestima estaba crecida, como tome por el bulevar de la veinte me imagine ser realmente el hombre araña, y al mirar la “Torre Lara”  cerré mis dos dedos centrales y  doblando mi muñeca lance un chorro de telaraña al edificio y  suass..!!! un santiamén estaba en la azotea. Es entonces cuando siento que me tocan por la espalda  y una joven me pregunta, ¿señor se encuentra bien?, que pena no estaba en las altura sino en pleno bulevar.
Días después le cuento a un compañero esta experiencia, quien luego de reírse un rato me dice: si usted se parece al “Duende  Verde” (Willem Dafoe) es el malo de la película, ¡que decepción¡ soy el malo. Otro amigo al que le conté me dijo entre carcajadas “si, si tu te pareces al “Dr. Octopus”  (Alfred Molina), otro villano, ya a estas alturas mi autoestima había descendido un poco, si embargo me emocionaba la idea que ese día había hecho feliz a un niño, me lo imaginaba llegando emocionado a su barrio y contarle a todos sus amiguitos que el había conocido en persona al artista que trabajo en las películas del Hombre Araña.

Luis E. Alvarado E.
Anécdota Real

lunes, 11 de agosto de 2014